lunes, 9 de febrero de 2015

No creo en los errores

El otro día necesitaba salir de casa, así que cogí el autobús de siempre. El año pasado y el anterior había cogido ese bus a diario para ir al instituto. Me bajé en la parada de siempre. Anduve, hasta llegar al instituto y después de mirarlo unos minutos, seguí caminando. Tenía hambre así que me dirigí hacia el supermercado de la vuelta de la esquina, donde siempre compraba algo para desayunar. Pero al llegar, lo habían cerrado. Seguí andando, para ir a una librería de segunda mano de estas que enamoran, que me encantaba, y me pasaba el poco tiempo de recreo allí, intentando descubrir mi próxima gran lectura. Pero ya no estaba. Seguí caminando, hasta la biblioteca donde estudiaba casi siempre, y donde más tarde me preparé selectividad, pero la sentía distinta. Y por último, fui andando hasta la Escuela de Idiomas, por el mismo camino de siempre. Pero esta vez, iba sola. 
Todo igual, pero nada es ya igual. Primero de bachillerato fue uno de los mejores años que he tenido, y creo que ese día, inconscientemente, acabé haciendo ese recorrido esperando recuperar algo de aquellos días. Pero todo ha cambiado. Yo he cambiado. Mi vida ha cambiado. Y aunque, por una parte, me encantaría volver a ese año que se me hizo tan corto, que fue tan genial, en el que conocí a alguien muy importante para mí a día de hoy y que compartí con mi Parabatai, por otro prefiero que se quede como está, en mi memoria, para que me ayude a no olvidar nunca que de todo sale algo bueno, a no olvidar que yo acabé en ese instituto porque nada me salió como yo quería. Y, aunque en su momento incluso lloré por ello, a día de hoy, no hay cosa de la que me alegre más que de que ese verano me saliera todo mal.
A veces, sólo vemos lo malo de una situación cuando deberíamos ver las ventajas que podemos obtener de ella. Es cierto que a veces es difícil saber cuáles son esas ventajas, pero tranquilo, date tiempo, y cuando mires atrás lo verás todo mucho más claro. Y aprenderás a no arrepentirte ni siquiera de lo malo. Porque, la verdad es que los errores no existen.

Photobucket






No hay comentarios:

Publicar un comentario